A MI MADRE ( In memoriam )

Cuando fluye la entrega renacida
en el centro sagrado y confidente,
la sonrisa me aflora, dulcemente,

como un halo de luz amanecida.

La distancia se acorta, redimida,
por el nexo fundido eternamente
y el verbo se traduce en el presente
arrebato de amor hacia tu vida.

No ha vencido el adiós marcado a fuego
en el marco feliz, acrisolada
la blanca artesanía de tu numen.

Con la aguja del alma bordo el ruego
de seguir en tu pecho amurallada
y que las mismas flores nos perfumen.

TRISTEZA

TRISTEZA

Sutilmente, nos llega la tristeza,

se acurruca entre piel desmotivada;

con la pena hace un nudo en la mirada

y quiebra la sonrisa en su pureza.

Es madre del desvelo y la pereza,

amiga del camino de la nada,

oscura transeúnte en demudada

canción que va perdiendo su grandeza.

Lo mismo que aparece se diluye

cuando un rayo de sol rompe el conjuro

mostrándonos paisajes diferentes.

Así la risa canta, vive, fluye,

con su mano tendida al amor puro,

conductor hacia cumbres transparentes.