Percibo
a lontananza sones puros
de
pérgolas prendidas con diamantes
en
una recolecta de quilates
salvados
por la luz que nos sedujo.
Fueron
días preciosos al desnudo
con
adorno sutil en el engarce
de
besos y caricias sin desgaste:
una
magia prendida con arrullos.
No
sufras dulce amor si algún enredo
te
impide tan ansiados resplandores
y
rozas cataratas de vacío.
Camina
hasta encontrarte en mi desvelo
y
hallarás al fundir dos corazones
las
joyas de un eterno paraíso.
Estimada Pilar:
ResponderEliminarEste poema me ha parecido excelente, digno de una poetisa de talla. Yo me considero incapaz de construir tales sonetos. Además de la rima asonante -a veces es más difícil y meritoria que la consonante- destaca el bello ritmo interior de cada verso, y sobre todo el contenido: esa luz y resplandor eternos.
Mis más sinceras felicitaciones y un fuerte abrazo.
Juan
Muy agradecida a tu analítico y generoso comentario, Juan. Una vez que se conoce la técnica del soneto , no encierra ninguna dificultad, todos podemos escribirlos. Tú eres un enorme poeta, te sobra talento.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Pilar
para leerlo de noche, y perderse en ese mar de palabras
ResponderEliminarMuchas gracias !!!
Eliminarpara leerlo de noche, y perderse en ese mar de palabras
ResponderEliminarPilar, este soneto asonante tiene algo mágico que enardece la mirada al leerlo. Razón tiene quien antes te ha comentado que posee un ritmo interno bello y descriptivo de esa luz de eternidad.
ResponderEliminarSiempre feliz de leerte, poeta. Un inmenso abrazo.
Querida Candela. Ante todo mis disculpas por no haberte respondido antes. Entro muy poco al blog
Eliminarya sabes que me muevo por otros espacios.
Un millón de gracias por estar cerquita de mis inspiraciones. Eres una gran persona y poeta.
Besos !!!
Pilar