lunes, 5 de septiembre de 2016

UNA MUJER


















Debajo de su piel de rosa pura
una hoguera se apaga en lo que añora,
destello confiscado por la aurora
más lenta y desgarradamente oscura.

Su camino perdió cabalgadura
por no estar despertando en lo que aflora,
hechizo de  una voz que se evapora
sin risa, sin amor, sin apertura.

Ahora el viento se enreda en sus desvelos
despeinando tristezas consagradas
a no ver más allá de lo perdido.

Y decide vivir rompiendo velos,
dejando que el temor muera en calladas
esfinges sin valor y sin sentido.