Debajo
de su piel de rosa pura
una
hoguera se apaga en lo que añora,
destello confiscado por la aurora
más
lenta y desgarradamente oscura.
Su
camino perdió cabalgadura
por
no estar despertando en lo que aflora,
hechizo de una voz que se evapora
sin
risa, sin amor, sin apertura.
Ahora el viento se enreda en sus desvelos
despeinando
tristezas consagradas
a
no ver más allá de lo perdido.
Y
decide vivir rompiendo velos,
dejando
que el temor muera en calladas
esfinges
sin valor y sin sentido.
Bellísimo soneto en forma y fondo, querida amiga poeta, Pilar. me encantó. Felicidades y besos. María
ResponderEliminarMuchas gracias, querida María !! No suelo entrar mucho a este blog, prácticamente los tengo como archivos de mis escritos. Besos con mi admiración y cariño.
ResponderEliminarPilar, después un largo silencio, me adentro en la belleza de este soneto y me quedo prendida entre sus palabras, que destilan nostalgia, emoción y ganas de vida a pesar de..
ResponderEliminarMi felicitación a tu decir poético, querida poeta.
Abrazos, abrazos-
Muchísimas gracias, querida Candela. Tampoco entro apenas a este blog. Me encanta sentirte cerca, tu compañía es muy grata. Besos, amiga !!!
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