APRENDO
Aprendo a conservar en el
presente
caricias de un reducto
soberano,
donde todo es verdad y más
humano:
imágenes de amor
superviviente.
Aprendo del camino
consecuente
a ser suave perfume de verano,
vertido entre la palma de tu
mano
y el cálido remanso de tu
frente.
En el trasfondo azul de tu
mirada
aprendes a sentir aquellos
mares
en plena libertad, siendo
cautivos.
Consagrados a estar en la
llamada
más leve de unos sueños
circulares,
aprendemos los dos a seguir
vivos.