Surgiste
de la noche sin desvío
como
faro alumbrándome la senda
donde
amarnos supuso dulce ofrenda
y
soñar una nube de rocío.
Navegantes
del agua de aquel río
pintamos
con sabores la leyenda:
ternura
de pasión, febril contienda,
a
salvo da caer en el vacío.
Pasado,
ya presente, porque el fuego
es
orla del espléndido paisaje
que
sacia nuestra sed de cada día.
De
mi mano a la tuya, con sosiego,
la
luz se nos transforma en un ramaje
donde
canta tu flor junto a la mía.
Qué bellísimo y excelente soneto, MªPilar. Es un lujo auténtico volver a leerte al regreso de mis vacaciones, amiga poeta.
ResponderEliminarUn abrazo. María.
Qué maravilla de soneto, estimada Pilar. Cuando leo poemas así, al alma se me recompone y solo desea echar a volar. Gracias mil por compartirnos tu poesía y la belleza de tu sensibilidad, que en ella depositas.
ResponderEliminarMis sinceras felicitaciones, amiga mía y sra. poeta.
Deseo que todo vaya amainando en tu casa y llegue la paz y la tranquilidad.
Un abrazo fuerte y muy apretado.
Muchísimas gracias, María. Siempre acojo tus generosas palabras con mucha alegría. Gracias, querida amiga. Besos
ResponderEliminarPilar
Candela querida, Muchas gracias por estar y dedicarme tus bellas palabras. me alegra infinitamente que estés de vuelta a la poesía. Te he echado mucho de menos y a tus maravillosos poemas.
ResponderEliminarLa situación en casa se encuentra estable, por ahora, esperemos que dure mucho.
Besos