NO ME LLAMES
No me llames aroma de
azucena,
ni cites a tu sed como
testigo
de una noche sin rumbo y sin
abrigo:
oscura sensación de sombra
ajena.
No confisques mi curva más
serena,
creadora del sueño, antes
amigo
de tus fiebres de sal sobre
mi trigo,
leve fruto cansado de ser
pena.
Con la nada no prende el
sentimiento,
perdido por decrépitos
eriales,
ni se posa el calor en mis
pestañas.
Si me nombras, regrésate al
momento,
trovador de armonías
sensoriales,
a punto de ser nardo en mis
entrañas.
Esplendido soneto, amiga Mª del pilar. Escribes lo que a mí me emociona y me gusta leer. Agradezco mucho a Candela que me haya puesto en contacto contigo y así poder gozar de tu buen hacer poético. También hay magníficos oasis en los eriales blogueros, literariamente hablando, claro está.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y amables comentarios. Un abrazo grand.
Muchísimas gracias, María. Celebro que haya sido de tu agrado este soneto, y lo valoro doblemente porque eres una excelente poeta. He disfrutado mucho tus poemas, son magníficos y bellos. Seguimos en contacto.
ResponderEliminarUn abrazo enorme